Anémona del ermitaño.
mar mediterráneo
Anémona de mar, de hasta diez centímetros de grande y ocho de espesor, con más de setecientos tentáculos. Es de color variable pero predomina el marrón claro, pardo o amarillento. Está estriada, con coloraciones de los mismos tonos pero más oscuros.
La anémona se adhiere a la concha donde reside el ermitaño, normalmente de la especie Dardanus arrosor.
La anémona con sus tentáculos urticantes y la secreción de babas filamentosas y pegajosas, bastante molestas, ahuyenta a los posibles agresores o depredadores del cangrejo, y este le proporciona su comida sobrante y desplazamiento gratuito, es lo que se llama mutualismo.
En la última fotografía, se puede apreciar una concha de molusco sin cangrejo y con anémona. Seguro está esperando a que un ermitaño la ocupe para continuar su aventura.