Interacción de las especies en cierta armonía con los restos antropogénicos. Una realidad que podría ser evitable.
No podían faltar en esta web las siguientes fotografías. Son imágenes que han ido quedando en mi retina a lo largo de tantas horas de inmersión. Ahora, espero que queden en la vuestra y me daré por satisfecho si al menos te ha llamado algo la atención.
Con ellas se constata, una y otra vez, la imbecilidad humana frente al medio natural en el que vivimos, recordando que vivimos y estamos aquí gracias a él.
Actuamos de forma poco inteligente ya que nos suministramos gracias a la Madre Naturaleza y no somos capaces de evitar su degradación, en cambio sí somos capaces de acabar con ese necesario suministro.
Las especies, las que no perecen por estas acciones incívicas, intentan adaptarse a las nuevas circunstancias, interactuando con lo que hay, con lo que les dejamos.
El humano es el único ser capaz de generar basura, basura que no somos capaces de reciclar, basura que no sabemos qué hacer con ella, basura que al final llegará, como siempre, al punto final de todas las vertientes, el fondo del mar, siempre a través de las venas de la tierra, lo ríos.
Muestro con éstas imágenes mi denuncia firme ante este problema. Mi propósito, concienciar a todo el que pase por esta página que es una realidad de hoy y que seguirá así hasta que el medio colapse y no haya vuelta atrás.
El humano es el único responsable de este ecocidio.
Ermitaño buscando nueva casa.
En esta secuencia de tres fotografías vemos a un cangrejo ermitaño tomando medidas para ver si es factible cambiar de casa.
Estuve cerca de diez minutos observando cómo recorría el hueco que le proporcionaba este antiguo tapón de litrona de cerveza.
Se puede observar que está bastante degradado ya que el aluminio con el que está fabricado, está bastante erosionado por acción del roce con las rocas del fondo del mar.
El cangrejo desistió, hubiese sido una foto perfecta para mostrar la interacción a la que me refiero.
Oportunistas con cualquier resto de basura.
Un simple cabo, a la deriva o no, así como cualquier tipo de basura que yace en el fondo del mar, puede ser colonizado rápidamente por animales sésiles, como estos crustáceos cirrípedos llamados comúnmente como bellotas de mar o balano Balanus perforatus.
En la siguiente fotografía, es difícil adivinar qué tipo de resto humano es, ya que los balanos y demás epífitos lo cubren. Se trata de un curricán, un pez de plástico que se usa en pesca deportiva. Se puede apreciar la anilla metálica donde se engastan los anzuelos y en la parte superior, debajo de dos bellotas, la forma de un ojo.
En esta ocasión, la especie Lepas anatifera, percebes rojos o pies de cabra, pegados firmemente a restos de cabuyería que conforman las redes a la deriva (Ghost fishing) y en los fondeaderos para embarcaciones.
Una conglomeración de mejillones del Mediterráneo, Mytilus galloprovincialis, en uno de los cabos de fondeo de la Reserva Marina Pesquera de Cabo de Palos, en Murcia.
Las anémonas, oportunistas que aferran en cualquier superficie que esté bien expuesta a la llegada de nutrientes. Este caso en los hierros de un puerto del Mar Menor.
En este caso podemos observar la puesta de huevos del molusco Haminoea orteai, que los ha depositado en la cabuyería que se usa en los amarres de los barcos de cualquier puerto del Mar Menor.
Incluso podemos observar las multitudinarias puestas de calamar, Loligo vulgaris, que desgraciadamente deposita sus miles huevos a la merced de estos cabos de redes fantasma (Ghost fishing).
Mi basura es mi tesoro.
Se muestran aquí las mismas situaciones con distintos elementos y diferentes animales, que se han aprovechado de la circunstancia para conformar su morada.
Siempre se observa que las especies sacan bastante provecho a estas situaciones, de hecho son verdaderas fortalezas, en el caso de las botellas de cristal, porque, qué depredador es capaz de hacer un esfuerzo tan grande de romper el fuerte vidrio para llevarse una presa a la boca.
Por otro lado observamos que los peces ponen sus puestas de huevos dentro de las botellas, qué mejor sitio para que la prole sea fructífera, ¿no?. Solo un orificio de entrada, siempre vigilado, y el vidrio tarda en degradarse más de cuatro mil años.
Por lo que a veces, estas observaciones me hacen dudar de si una botella de cristal es o no perjudicial para estos animales.
Estos restos de basura no son vidrio, como las anteriores fotografías, son tapones metálicos de botellas, sedales de nylon de pesca, bolsas de plástico y botellas de plástico.
Son otros ejemplos de deshechos humanos en los que los animales intentan sacar algo de partido, o al menos intentar adaptar sus vidas a estas nuevas circunstancias que les cae del cielo, bueno, en este caso de la superficie.
Caballitos de mar en condiciones extremas de contaminación.
Las siguientes fotografías de caballitos de mar de la especie Hippocampus guttulatus, están realizadas dentro de las aguas del Mar Menor, salvo la última de esta serie, con un caballito de coloración rojiza, que es del Mediterráneo.
Gracias a la coloración oscura, casi negra del caballito preñado de las primeras fotografías, podemos observar que estos animales se cubren con los sedimentos que les cae, provenientes de las ramblas y riadas que sufre el sureste peninsular. Al ser unos animales de reducida movilidad y que pueden permanecer inmóviles durante cierto tiempo, estos sedimentos colmatan sus cuerpos, haciéndolos aún más miméticos. Se aprovechan de los restos de basura como cabuyería, sedales, redes fantasma, cables eléctricos o latas de refrescos para aferrarse a ellos fuertemente o bien para esconderse.
Sombrero transparente.
A veces nos encontramos con situaciones raras, como estas tres imágenes. Cómo pudo esta medusa, Pelagia noctiluca, poder introducir su cuerpo dentro del envoltorio de plástico de un paquete de tabaco. Prácticamente no queda casi espacio para hacerlo, además encajonada milimétricamente. Lo cierto es que no me lo pensé, quedarme allí observando y fotografiando aquello tan increíble y raro. Me la jugué, también hay que decirlo, ya que esta medusa es bastante urticante, no por esa en concreto, sino por las miles que habían a su alrededor como se puede observar, que me hubieran fulminado y sin embargo ni un sólo roce.
Trampas mortales de por vida.
Estas nasas, fabricadas con mallazo de plástico, que, en este caso, los furtivos lanzan desde las escolleras de los puertos para intentar cazar a algún cefalópodo, o lo que sea, que por cualquier razón quedan fondeadas de por vida hasta que sean rescatadas en jornadas de limpiezas de fondos marinos (ya que es la única forma de hacerlo, nadie saca basura del fondo del mar, nada más que los buzos implicados), ya que han perdido su línea de cabo con el exterior y jamás será recuperable por su dueño.
Quedan fondeadas, llenándose de organismos y animales, como este erizo que la recorre en busca de alimento, pero en el caso de la tercera imagen, vemos lo que fatídicamente está ocurriendo con millones de seres, atrapados hasta la muerte. Lo llamamos «Ghost fishing», redes fantasma, incluyendo todos los artes de pesca a la deriva u olvidados en el fondo del mar.
Sin duda, de no haber pasado por allí y de haber desmantelado esa nasa, este pulpo hubiese sido carne de carroñeros tarde o temprano.
Más basura…
Seguimos con más ejemplos, como los olvidados cientos de kilómetros de sedal con anzuelos y poteras, el tóxico plomo colgando de las rocas o sedimentado bajo el fango y arena, curricanes y señuelos enganchados en gorgonias, plásticos usados por organismos para ocultarse, cuando no, material usado en la pesca recreativa, como los propios carretes de cañas de pescar usados como lugar de juego para estrellas de mar como en las imágenes adjuntas, envoltorios de cremas solares que llaman la atención de especies marinas, ruedas y neumáticos donde los propios calamares dejan sus puestas como si de cuevas se tratase.
Y como colofón a esta sección de basuras varias, una paradoja, una babosa, Elysia timida, paseándose por el metal y la muerte de un viejo anzuelo que cuelga de su sedal, como si quisiese volver a ser usado para pescar su último pez, aún ya olvidado por su dueño meses atrás…
Y no me refiero sólo a la basura de hoy o de hace cincuenta años, en ese ejemplo se muestra cerámica de un ánfora de hace más de dos mil años, posiblemente de los romanos, aunque sí es cierto, la cerámica no es contaminante.
Muerte y enfermedades.
Algunos ejemplos de muerte o enfermedades de organismos.