En las babosas, la concha es una estructura muy reducida, que en ocasiones puede ser interna como delgadas láminas o como pequeños granos de carbonato cálcido.

El manto cubre la zona dorsal anterior y presentan muchas de ellas una quilla dorsal característica para su identificación, así como la forma de la terminación de su cola.

La superficie puede presentar tubérculos y pigmentaciones, también característicos de cada especie, algunos con colores demasiado llamativos, tratándose del aposematismo que es un fenómeno del que advierte a un posible depredador, que no es buena idea el que sea depredado.

En ocasiones las branquias las encontramos totalmente desnudas, como son los nudibranquios, de ahí su nombre tan conocido por buceadores.

Sus colores tan impresionantes y sus formas tan llamativas se asemejan a las ricas golosinas de azúcar, dándoles un aire muy agradables de observar.